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Broschi, conocido como Farinelli, fue uno de los castrati italianos más famosos del siglo XVIII |



Durante el papado de Paulo IV, allá por los
años 1500, al sobadito este se le ocurrió la estúpida idea de prohibir
a las mujeres cantar en las iglesias. Extendiendo la prohibición al canto en
general y a la actuación teatral
en presencia de público. Por eso en los teatros o donde se necesitaran
voces femeninas, se sustituían por
niños varones. Sin embargo, al
llegar los niños a la pubertad y empezar a echar sus primeros gallos al cambiar
estos la coloratura de su voz, dejaban de ser útiles.

Bien,
volviendo al título de este artículo, si bien los intelectuales a los que me
refiero, no ejercen el “bel canto”, nos
entregan “su voz” a través de la escritura, en diarios y libros, las imágenes del cine y la
televisión o las obras teatrales, etc.
Me refiero a esos
personajes, que ejercen su intelectualidad, en el seno de nuestra sociedad,
y que debemos distinguirlos, de aquellos que lo hacen con voz propia, discernimiento
y compromiso, (de los que ya quedan pocos) de los que alquilan ese
entendimiento, y no ejercen su propia voz, sino la de los que se las
implantan. A estos últimos me refiero como los CASTRATI INTELECTUALES o
Intelectuales Castrados.
Los
intelectuales castrados en el caso que
nos ocupa son, aquellos analistas y politólogos académicos, sutiles
aliados de la nueva izquierda (diz que democrática), que
desarrollan argumentos, para defender el revanchismo disfrazado de justicia con
la que pretenden desquitarse de la derrota sufrida en el campo de batalla
durante el conflicto armado interno y no genocidio como ellos pretenden hacerlo
aparecer.

Para ello los teóricos de este
nuevo tipo de terrorismo contaron con la preparación recibida para ello, tanto
por los soviéticos como por los cubanos, de cuyas fuentes se nutrieron este
grupo de malos guatemaltecos. Que otorgaron y otorgan becas al por mayor a “estudiantes
desfavorecidos de escasos recursos económicos” (previa y cuidadosamente
seleccionados por sus tendencias) para posgrados en antropología, en
universidades noruegas, españolas y estadounidenses para luego regresar al país
integrándose en los en los medios de comunicación, desde donde contribuyen a
confundir a los lectores con sus subjetividades inventadas, y sembrando
la confusión utilizando para ello argumentos sobre las relaciones de producción
capitalistas. Toda esa tarea de distracción y ocultamiento de la realidad,
es la que lleva adelante un ejército de intelectuales castrados,
que son el apoyo logístico de los nuevos marxistas, que ahora pretenden
llegar al poder a través del apoyo popular y la manipulación de la mal llamada
Sociedad Civil. Para ello cuentan además con plumas ya reconocidas tanto
nacional como internacionalmente que se han prestado conscientemente a cambio
de prebendas bien económicas o en viajes o becas. A participar de esta
orquestada campaña de desinformación que daña aún más la imagen de nuestra
nación y exacerba los ánimos de la población a quienes engañan estos lobos con
piel de oveja, llevándolos a participar en bloqueos, extorsiones, amenazas y
hasta llegar al asesinato como ocurrió en la comunidad de San Juan Sacatepéquez.
Ojalá abramos los ojos y dejemos de
escuchar esos cantos de sirenas de estos malos guatemaltecos.
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