sábado, 7 de enero de 2012

De eso no hay que hablar

Les comparto esta nota escrita por Danilo Parrinello, por considerarla interesante. Fue publicada el día de hoy en el matutino el Periódico. Me parece que nos hace reflexionar, pues si bien es cierto, el Ejercito guatemalteco cometió muchas atrocidades, también los guerrilleros que no eran precisamente unos angelitos lo hicieron. Y, si hubo perdón y olvido para ellos por qué no para todos los guatemaltecos que intervinieron el el conflicto armado. Como decía mi madre " O todos hijos, o todos entenados".Pero no puede haber una justicia para los chafas y otra para los guerrinches. Entonces donde está la Igualdad ante la ley. 


Guatemala necesita de paz y perdón. Pero no habrá paz mientras continuemos atizando el fuego de la venganza. Ambos bandos en conflicto, cometieron atrocidades durante la guerra. Pero la paz no es la ausencia del conflicto, sino un proceso de progreso y de justicia. Y, lo justo aquí es que todos sean iguales ante la ley. Perdón y olvido para todos.

De eso no hay que hablar

A saber, porque de eso no hay que hablar.
Danilo Parrinello
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¿Saben los jóvenes quién asesinó a John Gordon Mein? No, porque de eso no hay que hablar, era solo el embajador de Estados Unidos, un civil no combatiente, pero eso no interesa a las “uniones” (sindicatos) gringos, ni a los países cooperantes, menos a las ONG dedicadas a los derechos humanos. Era solo un gringo.

Y, ¿quién asesinó a Karl von Spreti? No, de eso no hay que hablar hombre, el era “autor intelectual y material de la política imperialista”, además era solo un embajador alemán y eso no le interesa a la Unión Europea, ni a la Sociedad Civil, mucho menos a la ODHA. ¿Quiénes asesinaron a los oficiales norteamericanos John D. Weber y Ernest A. Munro? A saber, porque de eso no hay que hablar, solo eran dos diplomáticos, a los que el estado guatemalteco no pudo garantizar la vida. Eso no le importa a la comunidad internacional, ni a la ganadora del Premio Nobel de la Paz, mucho menos a los activistas de derechos humanos.

Y, ¿quién asesinó brutalmente a Alfonso Alejos? Tampoco, era solo un guatemalteco que generaba puestos de trabajo, tenía familia, era precursor de algunos cultivos y escribía en el diario La Hora. Pero eso no interesa a la ODHA, ni al MP, ni a la Copredeh, menos a la Unión Europea. Era solo un guatemalteco trabajador, al que el Estado no pudo garantizar la vida. Y si se preguntan, ¿quiénes mataron al Cónsul noruego Norman Petersen Lind, Arturo García, Clause Harold, Erasmo Sánchez, Alberto Habbie, Luis Canella, Frank Bruderer, Isidoro Zarco?

La respuesta es, a saber, de eso no hay que hablar porque no hay dinero de la Cooperación Española, ni de la noruega, ni de la holandesa, ni lo hay para investigar las matanzas realizadas por la guerrilla y sus fosas comunes, ya que eso es políticamente incorrecto. Y, ¿sabrán los jóvenes quién secuestró al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Romeo Augusto de León, o al periodista Baltasar Morales de la Cruz, secretario de Información del Gobierno de la República, y cómo su hijo fue cobardemente ametrallado al intentar protegerlo de los terroristas de las FAR? ¿O quién secuestró a Héctor Menéndez de la Riva y a Juan José Hermosilla o a Juan José Falla, o a Álvaro Contreras Vélez o a Pedro Julio García o a la señora Olga Novella? ¡Joder, que de eso no hay que hablar! Para los terroristas hay amnistía, perdón y olvido.

La maternidad temprana o infantil

Los guatemaltecos, al igual que muchos lugares  del resto del mundo, premian a los primeros en nacer en el nuevo año, dándole a este evento relevancia como uno de los primeros acontecimientos del año. Los medios de comunicación nos informan de los primeros nacimientos ocurridos la noche del año nuevo y los premian en una especie de competencia que se conoce como la Maratón de la cigüeña.  El matutino Prensa Libre y patrocinadores voluntarios, son quienes organizan esta maratón. Reparten premios a los cuatro  primeros recién nacidos.  Los que generalmente  son entregados a familias de escasos recursos dado que este esfuerzo busca ayudar a las familias con la salud y el bienestar de los recién nacidos.

Este año los premios incluían entre otras cosas: pañales, juguetes, libros, ropa, carruajes, leches, cunas y becas para estudios académicos.  La primera en nacer este año fue una niña llamada Génesis ella y su madre Luisa Fernanda obtuvieron el primer lugar. Las otras ganadoras fueron en su orden Joselin, Yesica y por último María del Rosario. Las cuatros ganadoras fueron entrevistadas y todas se sentían muy afortunadas de haber obtenido dichos premios. 

Ser las primeras cuatro madres del año no es lo único que estas mujeres tenían en común lo sorprendente de la noticia es que todas eran menores de 30 años y dos eran menores de 23 años. La madre ganadora era la mayor con 26 años; Joselin del Águila, quien ganó el segundo lugar solo tenía 16 años y era la menor. Por su parte, Yesica Marcos la ganadora del tercer lugar tenía 25 años y la ganadora del cuarto lugar María del Rosario tenía 20 años. Dos de las madres eran madres solteras, lo que nos muestra una  grave situación que está afectando  a las mujeres guatemaltecas, la maternidad temprana o infantil.

Las cifras de la maternidad infantil en nuestro país son preocupantes, somos el tercer país de Latinoamérica con el índice más alto. Según el Guttmacher Institute, entre mujeres guatemaltecas,  de cada 1,000 embarazos 114 son debidos a la maternidad temprana o infantil.  En su mayoría, estas madres suelen terminar siendo madres solteras y sus embarazos son debido a abusos sexuales o relaciones consensuadas.  Las consecuencias de los embarazos no planeados son devastadoras especialmente para las madres jóvenes de escasos recursos ya que impiden el desarrollo saludable de la madre y el niño. Por ejemplo en el interior encontramos muchas madres jóvenes con un promedio de cinco hijos, los cuales sufren de malnutrición y no tienen acceso a salud ni educación.

Estas cuatro madres tienen la suerte de que sus hijos nacieran a tiempo para poder recibir el premio, sin embargo los productos del premio no les durarán los 18 años que tendrán que cuidar a dichos bebés. Me pregunto qué va a hacer Joselin, la joven de16 años, quien actualmente vive en un asentamiento, cuando los pañales y la leche del premio se le terminen. María del Rosario, la joven de 20 años, tendrá que ver qué hace cuando a su hija no le quede la ropa del premio. La iniciativa de la Maratón de la Cigüeña tiene buenas intenciones, sin embargo, si su finalidad es ayudar a madres de escasos recursos, el esfuerzo debe ser más que un premio que representa una solución cortoplacista.  En vez de dar solo cuatro premios al principio del año los patrocinadores deberían de enfocar sus esfuerzos a un fondo que recaude recursos durante todo el año. Este fondo podría ser destinado a más madres y tener más que solo una finalidad. Por ejemplo podría ayudar con cuidado prenatal, educación sexual y planificación familiar, salud materno-infantil y acceso a educación entre otras.  De esta manera la madres comenzarían un nuevo año con la perspectiva de oportunidades reales para su futuro.