miércoles, 14 de noviembre de 2012

Ser Juez en Guatemala... un negocio rentable.

Se dice que la Justicia es ciega y así la pintan e idealizan. Pues se supone que no  ve caras para aplicar la ley. Pero yo digo, que  la Justicia en Guatemala es ciega pero no sorda. Porque siempre se inclina del lado donde suenan más la fichas. O ya de perdida  del lado donde hay más amenazas. 

Ser juez es ser la autoridad pública que sirve en un tribunal de justicia y que se encuentra investido de la potestad jurisdiccional para aplicar la ley y las normas jurídicas.

El juez pues se debe caracterizar por ser la persona que resuelve una controversia o que decide el destino de un imputado, tomando en cuenta las evidencias o pruebas presentadas en un juicio, en una palabra administrando  la justicia. El juez según mi criterio, no es jurídicamente un ser humano, sino un órgano judicial compuesto por personas físicas, cuya función es eso aplicar la ley.  Pues no es la dureza del castigo la que persuade al delincuente de cometer un delito. sino la certeza jurídica de que será castigado. Ya que mientras no se castigue a los criminales y no se les condene se mantendrá la impunidad en no solo en nuestra bella Guatemala, sino en cualquier parte del mundo. 

Y, es que es por demás escandaloso el ver en las imágenes de prensa locales o internacionales a los delincuentes sean estos de "cuello blanco"  o del "crimen organizado"  o del no tan organizado, burlándose del sistema demostrándonos su insolencia y arrogancia ante la ley pues se saben intocables. Pero para desgracia nuestra eso es lo que sucede en el sistema judicial guatemalteco y en el de muchos países de esta América nuestra. 

Pero...qué le pasa al sistema judicial guatemalteco. A la puta... Que pregunta mas cabrona de  responder. No haya uno por donde empezar, quizá debiera decir, que el principal problema es la descomposición moral a la que ha llegado la sociedad y no solo la guatemalteca sino toda la sociedad. Nos hemos vuelto gente de doble moral. Pues fíjese usted amigo lector, si por desgracia violan a su hija, hay que agarrar al autor de tan deleznable crimen, cortarle el chile, meterle una estaca en el trasero, fusilarlo, ponerle la inyección letal y después ahorcarlo. Y, por si todo lo anterior fuera poco que pase por lo menos unos 30 años en la cárcel. Pero si fue su hijo el que cometió la violación, como es su hijo y la que tuvo la culpa fue la patoja que lo provoco, lo sedujo, se le puso en bandeja y como el patojo es hombrecito se la paso por las armas (La maldita justificación del delito). Entonces usted en lugar de entregarlo, de poner el ejemplo, lo primero que hace es sacarlo del país, mandarlo a los Estados Unidos (si tiene la feria para hacerlo y la visa, aunque esta no es importante, porque se puede ir  de mojado), para que no metan preso al patojo. O sea pues, que cuando nosotros somos los ofendidos, si que se cumpla la ley. Pero cuando somos nosotros los que ofendemos, mi huevo yo si puedo porque eso es aparte. Incluso pelamos a los funcionarios ladrones que siguen saqueando el erario nacional y señalamos su corrupción. Pero si nos untan la mano, ya la cosa cambia, porque se trata de hombres probos, que por venganzas políticas están siendo "atacados" por la oposición. Utaaa...que huevos me salió chilera esta última parte.

Pero que hace que los jueces se conviertan en unos verdaderos hijos de puta, con el perdón que me merecen la putas. Bueno ocurre que los jueces venales y los de consigna manchan su investidura al punto de ser indignos de ostentarla. Y, lo hacen prostituyendo su conducta pública, recibiendo sobornos o corrompiendo la ley por la presión de los llamados jefes de Estado lo que significa un atentado a la Constitución y a la ley, aunque se disfrace con falsa etiqueta de una resolución judicial; y ese atentado es tanto más grave y ominoso en cuanto que entraña una traición contra el pueblo, al que jamás debe despojarse de su fe en la justicia.

Es decir por qué se venden, porque necesitan al igual que usted y yo billete. Tienen a la mujer o un hijo enfermo (lo que de ninguna manera justifica que lo hagan, pero que hay que tomar en cuenta para mejorarle sus prestaciones y que no tenga pretexto para venderse). Pues nosotros trabajamos para obtenerlo, ellos delinquen. Y, muchas veces antes del billete está la amenaza para ellos y sus familias. O sea pues... Que esto es un vergueo, porque muchos lo hacen por amor al pisto, otros por amor a sus familias y si de perdida pueden callar sus conciencias con algo de biyuyo mejor. (No los justifico pero los entiendo.) Ya que el estado no provee la seguridad necesaria, ni el estipendio necesario que les permita llevar una vida digna. Y, por supuesto hay jueces que llegan ahí con la consigna de enriquecerse, porque esos pisados ya saben a que van. Y, su naturaleza es la de un delincuente, de ahí que debieran someter a exámenes psicológicos y al detector de mentiras a todos los aspirantes a jueces. Para garantizar que van a ser verdaderamente jueces.

Porque aquí en Guatemala, el ser juez mas que un trabajo se convirtió en un negocio, salvo sus contadas y honrosas excepciones porque son pocos, pero hay jueces huevudos que hacen bien su trabajo y no se venden, ni aceptan presiones de ninguna naturaleza para aplicar la ley. 

Otro problema es el espíritu de la ley. Y, es que hágame la campaña, tiene usted  que entender que aquí en Guatelinda, a diferencia de Estados Unidos, todo mundo es culpable hasta que no se pruebe lo contrario. Muy a pesar de que nuestra Carta Magna, establece lo contrario "la presunción de inocencia", es decir que todo mundo es inocente hasta que no se pruebe lo contrario. Y ahí es donde la cagan los jueces, ellos inclinan la balanza a favor de quien mas fichas ofrezca, o por amistad o amenazas. Pero estos cerotes se pasan por el Arco del Triunfo, la presunción de inocencia, las pruebas y hasta la ley con la que paran limpiándose el trasero.

!Aaahhh...¡  Y, aquí es donde debo decir esto: un juez debe ser honesto, preparado culturalmente, con profundo conocimiento del derecho y hondo sentido de los valores, especialmente el valor cívico. Pues,  mientras un pequeño grupo de jueces honrados y honorables batallan por enviar detenidos o presos a los criminales, hay un grupo de malos jueces que dejan libres y sin causa de procesamiento a delincuentes. Todo por el cochino pisto. Bueno ni tan cochino porque los jueces se encargan de limpiarlo usando presta nombres o testaferros, que previo pago de una comisión, son quienes le evitan al fulano en cuestión tener que dar explicaciones sobre el origen del billete.

El problema aquí es que hasta en casos que son de conocimiento general estos jueces venales e irresponsables se atreven a dejar libres a procesados, en casos en donde las autoridades han presentado evidencias categóricas que demuestran la participación clara de los sindicados. Estos jueces...enta putas ya no tienen madre, por eso usan toga negra para las vistas públicas. Y, lo hacen porque ya les untaron la mano. Incluso hay muchos de ellos que siguen en sus respectivas judicaturas a pesar de tener denuncias, por acciones al margen de la ley. 


Incluso hay varios de ellos que han sido detenidos como el caso del juez Mario Peralta de Escuintla. A quien la  Licenciada  Marta Sierra de Stalin (al fin coyotes de la misma loma), Juez octava de Primera Instancia Penal resolvió dejar en libertad por falta de méritos debido a que el MP basó su acusación en la posibilidad de un hecho delictivo. Al angelito en cuestión se le  sindica de cometer cinco delitos, entre ellos asociación ilícita, prevaricato y trata de personas.  Peralta es vinculado a la adopción ilegal de la menor Angelí Rodríguez. En donde debió ganarse por lo menos unos 30 mil quetzales, cifra que según entendidos en la materia, es lo que ganan por autorizar este tipo de tranzas. Y, al igual que él, hay en el Organismo Judicial, una caterva de malditos que venden la justicia al mejor postor.

Que lamentable que no existan en nuestro país hombre de la talla de Giovani Falcone. Famoso juez antimafias que dijo: puedo afirmar que el mejor resultado alcanzado a partir de las investigaciones practicadas en Palermo en los años 80 se ha fundado precisamente en privar a la mafia de su aura de impunidad e imbatibilidad”.   Por ello, mientras no se castigue a los criminales y no se les condene mantendrán dicha aura.  La imposición de los castigos depende de jueces valientes y dispuestos a impartir justicia, observando que todos estamos sujetos a la ley.

Se necesario entonces recordarle a los jueces y a los magistrados que el crimen organizado hace favores para que le deban algo y aplicarán la fuerza cuando sea necesario e indispensable.  Ellos utilizan redes ya establecidas de personas para coordinar a sus informantes, protectores, cómplices, cobrar favores y a la gente que han amenazado o que es parte de la organización.

Así que si usted puede hacer llegar una copia de este articulo a un juez. Le estará haciendo un favor a su país. Pues mientras ellos no sepan que nosotros estamos conscientes de que ellos están robando y corrompiendo la ley. Seguirán las cosas como están por ahora. Hagamos que se oigan nuestras voces, que sepan que este país está cansado de su particular forma de aplicar la ley. Por eso mismo me encabrona que estos mismos tribunales de justicia toleren el mal llamado Derecho Maya. Pues este tan sobijado argumento, viola el articulo cuarto de nuestra Constitución Política que literalmente dice: Artículo 4.- Libertad e igualdad. En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos. El hombre y la mujer, cualquiera que sea su estado civil, tienen iguales oportunidades y responsabilidades. Ninguna persona puede ser sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su dignidad. Los seres humanos deben guardar conducta fraternal entre sí.  Por lo que no puede ni debe haber un derecho y una justicia para unos y otro distinto para los demás. 

Ya es tiempo de que digamos YA BASTA. Que sepan que el pueblo ya no está dispuesto a que se continué con la violación de nuestras leyes. Digamos NO, a todos aquellos sinvergüenzas que se aprovechan de las circunstancias. para lucrar con la aplicación de nuestras leyes.


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