sábado, 3 de julio de 2010

Mi personaje inolvidable...

Cuando era niño mi padre era asiduo lector de  la revista Selecciones de la Reader's Digest y una de las secciones que me encantaba leer era mi personaje inolvidable. Han pasado ya algunos lustros desde aquellos lejanos días en que juntamente con mi padre leíamos la revista. Pero yo ahora tengo mi personaje inolvidable. 


Lo conocí hace muchos años cuando era salvavidas del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), eramos entonces una mozalbetes que disfrutábamos de la vida y de las chichas de mi muy querido y recorda Puerto de San José. Deje de verlo por muchos años y cuando volví a encontrarlo ya ambos con varios kilos  de mas en nuestros un tanto envejecidos cuerpos no pude reconocerlo. Y, no fue sino hasta que compartimos juntos una jornada medico odontológica que pudimos conversar despacio y reencontrarnos como amigos.


De izquierda a derecha Dr. Donahue  y Dr. Erick Bustamante.

Cualquiera que lo ve por primera vez, tiene la impresión de que es un hombre tosco, quizá  malhumorado para algunos y hasta un poco altanero. A esa primera imagen contribuye su voz fuerte y sus ojos pequeños de mirada penetrante, que lo recorren a uno de pies a cabeza, como analizándolo. Sus anchas espaldas, su grueso cuello, sus manos grandes y la calvicie incipiente hacen de él un hombre fornido diría yo.  Pero para quienes conocemos al Doctor Erick Bustamante. Que sabemos de su gran corazón, de su inmenso amor por la patria que lo vio nacer y de la que lleva ausente ya hace varios años. No compartimos esa idea, pues es innegable que este hombre de 52 años, de tez morena, corpulento y que ha sobrevivido ya a tres infartos -de los que sin duda alguna se ha salvado porque nuestro buen Dios así lo ha querido y aún lo necesita para su obra- continua esperanzado trabajando para la organización HELP THE CHILDREN, en donde al frente de un eficaz grupo de colaboradores diariamente enfrenta el desafío de ayudar a los menos favorecidos por la vida en diferentes áreas del planeta desde su cargo de director de operaciones de esa entidad. 


Nos volvimos a reencontrar hace algunos años mientras yo buscaba apoyo para un proyecto en Jalapa, trabajábamos entonces con un hermano en la fe, pastor de las iglesias Príncipe de Paz. Gracias a la amistad del hermano pastor con el Apóstol Josué Muñoz quien ese día nos concertó una cita con el Dr. Bustamante. Nos vimos esa tarde en la casa de su madre allá por el barrio Gerona, era una tarde lluviosa, recién acaba de llegar de una reunión en el Congreso de la República y accedió gentilmente a recibirnos. Debido a lo apretado de su agenda no pudimos conversar mucho. Pero si lo necesario para que pocos días después llegara a través de un courier la ayuda ofrecida: medicamentos y equipo para la clínica pastoral de la iglesia Príncipe de Paz ubicada en Cerro Miramundo. Mantuvimos la comunicación y nuevamente su profundo amor por los necesitados se hizo presente al enviarme dinero para practicarle una operación a una niña era el año 2008.  Continuamos nuestra amistad a través del intercambio de correos electrónicos mis llamadas siempre eran para pedir algo para mi gente.  Luego este año, mientras le escribía con motivo de su cumpleaños me invitó a sumarme al equipo de jóvenes médicos odontólogos del programa de Post-grado de la UCLA., que vendrían al país justo antes de la Semana Santa, a realizar una jornada médico-odontológica en Huehuetenango.


El grupo llegó al país el 27 y ese mismo día nos reunimos en un acogedor hotel, que fue nuestra sede. La Jornada se realizó en la Base Militar y juntamente con el Dr. Donahue y su esposa (quien fue la encargada de la farmacia) y la Dra. Anabelly Bustamante, nos hicimos cargo de la atención de medicina general. Fue una semana extenuante, pero muy fructífera pues pudimos atender un promedio de 200 personas diarias.


Sin embargo fue allí en donde pude conocer la verdadera personalidad de mi buen amigo el Dr. Bustamante. Que pese a su corpulencia es un hombre, bondadoso, noble, con unos sentimientos y un amor tan grande por Guatemala que si hubiera por lo menos una docena de guatemaltecos como él ya habrían cambiado al país.  Juntamente con los jóvenes estudiantes de la UCLA, lo acompañamos a conocer las instalaciones de lo que será el hospital que está luchando por construir con la ayuda de Dios. En la población de Malacatancito en lo alto de una colina con una vista impresionante. 


Hospital en construcción en Malacatancito, Huehuetenango


Lamentablemente la escasez del recurso económico a frenado momentáneamente la construcción. Pero estoy seguro que pronto, más pronto de lo que os imaginamos, se reanudará la construcción. Lo que le devolverá la sonrisa a mi buen amigo y hermano Erick. Pero tambien estoy seguro que dentro de los lectores de mi blog habrá algunos que tienen amigos que estan dispuestos a ayudar a este tipo de obras pueden comunicarse directamente con el a:  erick@childrensnetworkinternational.org o bien al siguiente enlace www.helpthechildren.org   Dios los premiara por dar una mano a la construcción de este hospital. 


Es pues este mi más reciente personaje inolvidable. Pues como olvidar a este "héroe" guatemalteco, que cual Quijote lucha contra los vientos que malos guatemaltecos provocan. Solo para ilustrar la lucha del Dr. Bustamante en una de sus recientes visitas este año a Guatemala en el aeropuerto le confiscaron varias cajas con medicamentos y equipos que venían para las jornadas que el organiza. Que desgracia que todavía en pleno siglo 21 tengamos ese tipo de lacras en la aduana. Porque si se hacen de la vista gorda de otras "importaciones" no tan legales  y beneficiosas para el país. Será que quienes las importan pagan su "impuesto especial con ellos".   Un día de estos abordaré ese tema en especial para que podamos entender como funciona la burrocracia guatemalteca.


















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