miércoles, 20 de mayo de 2009

El País de Nunca Acabar


Nota aclaratoria: Este es un país imaginario, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.  Y, aunque el título se presta a malas interpretaciones, debo aclarar que este no es uno de esos artículos chuscos sobre la conducta sexual del chapín o a la connotación sexual que la  palabra "acabar"  tiene en el lenguaje coloquial de nuestra chapínlandia y el resto de Centroamérica. Y, es que la palabra "acabar" se utiliza para indicar que se llega al  orgasmo. (Ala gran… que educado amanecí hoy, si hasta parezco intelectual).   Sin embargo aquí no vamos a hablar de tener orgasmos, sino de  un paisito tropical, con un gobiernito tropical y un pueblecito tropical. Todo tropical sabe.   

Pero empecemos... 

Había una vez un paisito tropical, situado en la cintura de América, que tenía grandes riquezas escondidas en sus entrañas, -entiéndase petróleo, oro, plata, níquel, uranio y otro montón de mierdas valiosas y otras no muy valiosas pero que si producían pisto-. Lo que lo hacía blanco del interés de muchos países poderosos, principalmente del reino de los gabachos, un imperio de cerotes que se creían los policías del mundo. Y  que para lograr sus propósitos de conquista contaban con una caterva cerotes nativos de Guazilandia (que así se llamaba el país),  que prestaban sus nombres para que los gabachos pudieran poner sus empresas en Guazilandia y ellos vivir con  las pingues ganancias que los gabachos cerotes les dejaban. Y, mantenían a la mayoría de los guazilandeses bien pisados, pues los gabachos eran los dueños de las empresas de energía eléctrica, las minas, el petróleo, el níquel  en fin que estos hijos de puta todo se lo llevaban.

Guazilandia tenía un sistema de monarquía democrática, así que cambiaban al rey cada cuatro años,  para ser rey solo se necesitaba: hablar pajas, hueviar en puta y prometer mierdas  al hatajo de pendejos que los elegían y que nunca debían  cumplir. Así que cuando los pendejos eran mayoría elegían rey. Y en el tiempo de esta historia gobernaba el rey Jananico I, este pisado había prometido a la población acabar con la pobreza, acabar con la violencia, acabar con la corrupción y acabar la ignorancia y el analfabetismo; acabar con las enfermedades y en fin acabar con todo aquello que tenía bien pisado al país.  Claro esta, que los guzilandeses pendejos se lo creyeron y lo eligieron rey.   Pero había un grupo que eran los más,  de guazilandeses honrados que estaban como la gran puta, por lo que Jananico I hacía.

¡Ahhh…pero los  asesores de Jananico I eran nada menos que los "Cuarenta Ladrones de Ali Baba" ( ya se que son de otro cuento,  pero estos ladrones pisados se vinieron a meter a este) se habían colocado unos como ministros, otros como secretarios ejecutivos del rey y los mas pura mierda como funcionarios menores.  Y, el que era su secretario ejecutivo, ese pisado era el más cabrón, el peor, porque resultó más largo que la cuaresma y además matón según decían las malas lenguas. Era tan cabrón, pero tan cabrón que había metido a toda su familia en diferentes puestos para poder hueviar tranquilo.  Pero no solo los más cercanos al rey eran unos hijos de puta. Habían otros cerotes asesores de la reina que soñaba con ser la mera mandamás y dentro de sus incondicionales estaba uno  zamarro  y astuto como las serpientes que tenia a su cargo junto con la hermana de la reina, controlar a los alcaldes pues el tenia el pisto de las municipalidades del reino.

La reina soñaba con lanzar su candidatura al terminar el mandato de su marido y para ello descaradamente se clavaba el pisto del reino, para hacerse propaganda e imagen. Sus asesores con tal de que les quedara untada la olla la tenían baboseada con que ella sería Evita Perón de Guazilandia y vieja se los había creído. Y, como al rey le faltaban huevos para mandar, se hacía todo lo que ella quería. Nada babosa la reina Janandrita –que así se llamaba ella- presionaba a su marido para que la dejara  manejar todo el pisto del reino, cohesionando todos los fondos del paisito tropical para poder hueviárselos tranquilamente y sin darle cuentas a nadie. 

Además los ministros –culebras los cerotes- reducían sus presupuestos de funcionamiento para que Janandrita tuviera pisto que hueviar, con tal de conservar el hueso.  La reina además contaba con que los ministros no podían "acabar" y no precisamente por padecer de disfunción eréctil, sino  administrativa". Ya que ninguno de esos cerotes, podían acabar con ni mierda, vaya no acababan ni con el presupuesto que les daban, porque no servían para ni mierda.

Al ministro de  seguridad pública, el rey lo había cambiado tres veces y ninguno acababa con la violencia del paisito tropical. Y para  colmo se decía que un grupo de corruptos, miembros de la sociedad secreta de Ladrones y Delincuentes S.A,  eran los responsables de la muerte de uno de esos ministros, que con todo y vice ministros se había hecho mierda en un sospechoso accidente de helicóptero. Y, el que estaba a cargo por el momento, era aliado de la reina y para quedar bien con ella había devuelto 200 millones de sanates de su presupuesto  -que así se llamaba la moneda nacional- mientras a los policías se los llevaba la gran puta por falta de equipos, vehículos y armas pues las que tenían eran pura mierda ante las sofisticadas armas que la sociedad de Ladrones y Delincuentes S.A. tenían.

Este cuate sabía de todo menos de seguridad y solo ideas pura mierda le daban sus asesores, para combatir la violencia, al extremo que uno de sus cuñados era miembro de una banda de secuestradores y por ello el pueblo lo conocía como “El Pajero Solitario.” Y era tal la violencia, que a diario había un pijazo de muertos.  Ya  no había seguridad para los guazilandeses ni en sus casas. 

El rey había ofrecido acabar, pero no podía pues acabar con nada…. Vaya fíjense que Un rey anterior logró que a la gente pobre del paisito, se le dieran fertilizantes para sus siembras,  pero los cerotes del ministerio de Agricultura para empezar se habían hueviado  19 millones de sanates en la compra de los fertilizantes, y para dar  el fertilizante tenían que ser del partido de Jananico I y otros mas cabrones hasta lo vendían por su cuenta.   Los chontes pedían mordidas, para todo y los empleados públicos también, los que vendían la energía eléctrica cobraban de más y con un servicio pura mierda. La energía se iba a cada rato, pero los recibos llegaban por el mismo valor. En las aduanas el contrabando era el pan nuestro de cada día.  

El ministro de Salud dijo que todo iba ser gratis en los hospitales y que acabaría con las enfermedades y para lograrlo según él, comenzaron por comprar medicinas pura mierda favoreciendo con la compra, al secretario ejecutivo del rey que era socio de una empresa que vendía medicina. Y, gracias a esto las vacunas contra la tuberculosis y el tétano estaban agotadas en los hospitales, algunos médicos siguiendo el ejemplo de sus superiores cobraban las operaciones, los enfermeros y enfermeras se hueviaban con el apoyo de los empleados administrativos, equipos, medicina y otras mierdas de los hospitales.

Como el pueblo comenzó a protestar Jananico I ya emputado declaró a la prensa miren cerotes  “EL ESTADO SOY YO” olvidando el reyezuelo que sin súbditos, no le quedaba Estado que gobernar y majes a quienes engañar, ni hueviar.  De pronto un grupo de Ladrones y Delincuentes S.A. decidió hacerse del control de un banco para lavar sus mal habidos dineritos y en la pugna por el control se quebraron a un don que era muy honrado y buena gente. El pueblo al saberlo se emputó y comenzó a protestar. Jananico I ahuevado, no podía dormir porque se sabía culpable de todas las cabronadas que estaban pasando. Así que una noche soñó con que en la puerta principal de su palacio había un montón de sal y soñó además a su hijo y a una puta grandota y galana. Al despertar al día siguiente, Jananico I fue a buscar a uno de sus achichicles, su más cercano colaborador el virrey y le dijo: - Fijáte vos que anoche soñé puras mierdas raras y le contó el sueño al virrey, este le respondió. Mirá vos Jananico yo de eso no se ni mierda, pero  por qué no mandás a traer a Urbano Mierdel, ese sabe interpretar sueños.

Jananico I, hizo traer de inmediato al Médium Mierdel. Y, en cuanto llegó a palacio le hizo saber su sueño, Mierdel dijo entonces su majestad interpretar ese sueño está fácil, pero me da un poco de pena decirle el significado. Jananico I preguntó: - Es delicado el asunto-  Pues un poco contestó Mierdel. No importa decímelo dijo Jananico I. Entonces Mierdel dijo: Este sueño se interpreta así: “Sal del palacio hijo de la gran puta”.  Jananico se asustó y preguntó a Mierdel.

Por qué las estrellas dicen que salga del palacio. Porque no servís para ni mierda, no acabás con nada. No acabás ni con tu mujer creo yo. No has podido terminar con la corrupción, el narcotráfico,  el contrabando y otro montón de mierdas. Incluso dijiste que la atención en los hospitales sería gratuita al igual que la educación pero te cuento. En los hospitales ahora no hay ni vacunas,  ni medicina antes por lo menos había algunas cosas gracias a los patronatos y el pisto que estos recolectaban. Y, en cuanto a educación solo generaste más corrupción porque ahora los que reciben el pisto no son los maestros sino un vergazo de padres de familia sinvergüenzas que se huevean el dinero.  No Jananico, por eso el pueblo te exige que te vayás a la mierda del palacio, vos y la ladronota de tu mujer. Ya paren de hueviar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario