Ala gran...de que hablamos hoy muchá, es que ya no quiero hablar de muertos hombre. Pero con la matacinga que nos traemos los guatemaltecos, resulta difícil no hacerlo. Y, es que la muerte al final de cuentas da para vivir... y es hoy por hoy, el negocio más rentable del país, pues... quien tiene funerarias ya se rayó, los clientes nunca faltan. En serio, para muestra un botón...uta, en las páginas amarillas aparecen 206 empresas relacionadas con los muertitos, desde arreglos florales, ataudes metálicos y de madera, hasta cementerios y servicios funerarios. Con decirles que ya hay cementerios para mascotas. Así será de rentable que en el negocio de los muertos todos ganan. En serio muchá ahí nadie pierde.
Gana el que elabora la caja, el que la vende al distribuidor, el que se quiebra al fulano, el que lo recoge, el que le da el pitazo a los "zopes", el que ofrece el servicio y el que vende el servicio. En esta cadena todos ganan. Veamos por qué: El cuate que confecciona la caja cobra por su trabajo artesanal, generalmente este es carpintero, que trabaja para otro don que es el dueño del taller y que pone los materiales y luego de elaboradas este se las vende al de la funeraria. Luego viene el proceso de conseguir el muerto. Para ello abundan en Guatemala los proveedores. Ya sea narcos, maras, sicarios, chontes y hasta maridos celosos. Y, los choferes de buses extra urbanos, que se han especializado en muertes en grupo o masivas, los más gruesos han ocurrido, en la carretera que de la capital conduce a la Jutiapa, en la vuelta conocida como, el Chilero. Cincuenta y tres cristianos le rindieron cuentas al Creador después del último pijazo colectivo. Y, ha habido otros de 23, 12, en fin cifras no muy altas que no han logrado batir la marca impuesta por choferote que manejaba una camioneta que era de un diputado, que ahora resulta que tampoco era de él porque se la había vendido al chofer, que gran paja vaa.
Ahora, si de quebrarse a alguien se trata, el precio por echarse al pico a un cristiano, va desde 100 quetzales en adelante y los precios varían, dependiendo del tipo de muerte que se pretende le den al futuro extinto. Pues el mismo puede morir de un tiro, torturado, puyado, en fin existe un catalogo de bestialidades que para que les cuento. Además también debe considerarse la categoría del futuro fiambre. Si es un fulano cualquiera sale barato, si es uno pudiente y de condición adinerada y tiene guardaespaldas la cosa se complica y hay que pagar extras. Porque eso implica controlar el futuro muerto, esperar el momento propicio y todavía quebrarse a los guardaespaldas.
Bueno y cuando ya tenemos el muerto, todas las funerarias tienen unos cuates, a los que en el medio se les conoce como "zopilotes" o simplemente "zopes" a secas, cuyo trabajo es andar buscando posibles clientes -entiendase cadáveres- . Estos a su vez están conectados en primer lugar, con los enfermeros, bomberos, policía, MP o servicio Médico Forense, quienes les dan el pitazo de que tienen muerto fresco y a veces no muy fresco. Estos, los del pitazo, proporcionan los datos para localizar a los parientes del difunto, si cargaba su cédula, dan hasta la dirección y los "zopes" empiezan aquí su lúgubre labor. Ahora si el cuate ingresa a la morgue como xx y es posteriormente identificado por los parientes. Afuera de la morgue, en el momento que salen llorando, les caen todos esos pisados como "zopes" sobre la mierda.
Los "zopes" se especializan en localizar a los parientes y proceden con todo el respeto y la propiedad que las circunstancias ameritan, a la hora de dar la noticia de que falleció un pariente. Se han vuelto verdaderos expertos. Recuerdo precisamente una anécdota de uno de ellos -principiante en el negocio- que llegó a la casa del difunto y pregunto: " Buenos días disculpe, aqui vive doña Berta viuda de Hernández, no señor yo soy Berta de Hernández respondió con mucha educación la señora. El "zope" inmediatamente y sin inmutarse respondió ¿Qué apostamos?.
Luego empieza la negociación por el tipo de servicio que se desea. Estos dependerán de varios factores empezando por lo económico y los deseos de la familia o bien los del difunto. Así los servicios varían, si la vela es en la funeraria o en casa del difunto. A los asistentes a la velación del cadáver les proporcionaran consomé, sanguchitos, café en fin todo aquello les permita mantenerse despiertos y cómodos a los asistentes. Esto es en la ciudad. Sin embargo en el interior la vela se hace regularmente en casa del difunto, ahí la cosa es más alegre, porque se reunen los jugadores de naipe que pokarean al fallecido. Hay traguito, tamales, café, panes con pollo etc. Y, por sobre todo el velorio es amenizado por cuenta chistes. En la mayoría de pueblos siempre hay un cuenta chistes famoso que se encarga de hacer que se caguen de la risa en los velorios.
Otro aspecto a contemplar, es el tipo de ataúd. Hasta ahí se ven las diferencias sociales. Pues si el fulano, es pistudo el ataúd, no bajara de 5 mil morlacos. Si es pelado la caja -aqui ya no se dice ataúd sino caja- será si mucho, de unos 800 devaluados quetzales.
Y, es que el tipo de ataúd también es símbolo de estatus, pues de su condición económica, dependerá el valor del mismo. Incluso hasta las preferencias deportivas tienen que ver. Pues si se es rojo hay quienes piden que los entierren en uno de color rojo por supuesto. Y, si son cremas igual, además las preferencias musicales también deben ser tomadas en cuenta. Pues hay sepelios amenizados con banda, en occidente prefieren la de los hermanos Tistoj de San Andres Xecul, los narcos prefieren mariachis y de preferencia banda norteña mejor si es aquella de los Tigres del Norte, Jefe de Jefes o Pacas de a Kilo. O la preferida de muchos la Cruz de Madera. También están los nacionalistas, que prefieren la marimba y los más alegres los morenos de Livingstone que arman una parrandas y bailan punta en el velorio - segun me entere es la música ceremonial para las velas y lo hacen hasta quedar exhaustos y se pegan unas hartadas que mis respetos.
Sin embargo las tradiciones guatemaltecas, relativas a la muerte son muchas. En el libro "El Señor Presidente" del Premio Nobel Miguel Ángel Asturias, se hace referencia que la paisanada ponía marimba en los velatorios.
Por cierto que tampoco puedo dejar de mencionar que las grandes funerarias ya tienen servicio de embalsamado. Algunas de manera empirica, en las palanganas de los pick-ups les sacan el triperio a los muertos y luego de rociarlos con un chingo de formol los encajonan. Aunque hay servicios especializados, pero todo depende del color de tus billetes e intenciones.
Bueno creo que aquí lo dejamos, lo mejor es que usted se prepare con tiempo, escoja personalmente su tacuche de madera, las viandas que desee que se den en su velorio, la música y por sobre todo. Empiece a hacer sus ahorritos para esa inevitable cita con la Parca, a efecto de no dejarles clavos a sus descendientes o haga las de un mi cuate que ya se compro su servicio funerario en prevención de cualquier contingencia.
Hasta una proxima vez.
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