La maldición de los cuarenta...

Que vida más cabrona del del chapin de a pie y de carrito rodado (aclaro que escribí rodado, no robado aunque por ahí andan un chingo de güeviados).Y, es que encima de la violencia, los robos de celulares, los asaltos en las agencias bancarias y las balas perdidas , tan comunes actualmente en nuestros centros urbanos. También está expuesto a la MALDICIÓN DE LOS CUARENTA.  Que llega en el atardecer de nuestras vida, justo antes de nuestros ocasos personales. La vida del chapín empieza cuando de chirices, los adultos nos preguntan que queremos ser cuando cuando fuéramos adultos.  Las respuestas que dimos de patojos fueron harto variadas y generalmente dependieron de nuestro nivel cultural. 

Unos queriamos ser policías, otros bomberos, unos médicos, algunos ingenieros en fin hubo de todo. Algunos logramos cumplir nuestros infantiles sueños, otros nos quedamos  en nada, o cuando mucho con un titulo a nivel medio que nos sirvió para abrirnos paso en por la vida. Pero teníamos algo si teníamos en   común:  veíamos tan lejano el momento de ser adultos, pues nos pasábamos la vida entre juegos propios de nuestra niñez. Que sin darnos cuenta llegamos a la adolescencia esperando con ansia la llegada de los mendigos 18 años, que nos haría aptos para votar, chupar cuando nos diera la gana, casarnos y decidir que hacer de nuestras vidas, manejándolas a nuestro sabor y antojo -Y, así  poder llegar tarde a la casa, dormir fuera o simplemente llegar a moronga- Pero, qué... si  nuestra mentada  independencia nunca llegó. Y tampoco pudimos hacer ni pura mierda, de lo que deseábamos hacer. Pues seguimos dependiendo económicamente  de las fichas de los viejo. Principalmente aquellos  que pudimos seguir estudiando y llegar a la "U". 

Pero les fue  peor a  los que cometieron la estupidez de casarse, para salir de su casa. Salieron de una prisión para caer en otra peor, la de la mujer y los hijos. Pues con el titulo de maestro, bachiller, perito contador y  algunos con tres o cuatro semestres de carrera universitaria aprobados,  tuvimos que salir a trabajar en bancos, escuelas, iniciativa privada y otro chingo instituciones.. Metidos de pronto en el torbellino del sistema. Pagando hipotecas, dando gasto para la casa, pagando el parto de los niños, el colegio, la tarjeta de crédito, comprando la tele plasma porque está de moda, el carro, la lavadora,  en fin cuanto cacharro nos ofrecían, que sumados a toda la parafernalia que exigen nuestros hijos y la mujer nos convirtió en esclavos del sistema. Todos nuestros anhelos, nuestras ilusiones se fueron por el caño. Las citas a ciegas, las visitas furtivas a moteles, las amantes de ocasión propias de los treinta se convirtieron en el único escape de nuestra tediosa vida. Avanzando sin darnos cuenta  hacia la medianía de nuestra existencia "los 40". Y por supuesto con ella la "MALDICIÓN DE LOS 40".

Pero se preguntará usted caro lector cual es esa maldición, cuales son sus síntomas, como podemos identificarla. Bueno empecemos por decir que con la llegada de los cuarenta aparece la temida ANDROPAUSIA, que no es otra cosa que la versión masculina de la MENOPAUSIA, padecimiento propio de las féminas que conlleva en ellas un chingo de cambios, principalmente hormonales que les provocan calores, cambios repentinos de humor, re sequedad vaginal, relaciones sexuales dolorosas y un largo etcétera. 

En el caso del hombre tampoco tampoco exento de cambios  pues la ANDROPAUSIA, provoca cambios, pues este período de transición es el primer paso para enfrentar la vejez. La memoria ya no es la misma,n (algunos pendejos comienzan a pensar que ya les pegó el alemán -la enfermedad conocida como Alzheimer-) el estado de ánimo cambia, (por falta de producción de testosterona) surgen las “crisis existenciales”.  (Entramos en depresión y pasa por nuestra mente en algunos casos la idea del suicidio). Perdemos fuerza muscular y como ocurre en las mujeres, se produce un incremento de la grasa corporal, puede dar lugar a la ginecomastia (crecimiento de las chiches diría mi compadre Paco). La masa ósea se reduce y puede aparecer la osteoporosis. 

Igualmente,  el interés como la potencia sexual decaen al dejarse de producir testosterona, que sumada al estado depresivo, nos hace tener episodios de  disfunción eréctil lo que nos altere el humor (Por todo peleamos nos volvemos cascarrabias)  pues comenzamos a pensar que el bicho ya no, nos va a funcionar. Con lo que nuestra hombría se ve seriamente afectada, comenzamos usas las famosas pastillitas azules conocidas como las pitufas, andamos averiguando que novedades hay para que la visa para Paraguay no se nos cancele. Y, para probar nuestra masculinidad entramos en la etapa conocida como "VIEJOS VERDES" y empezamos a cantiniarnos (para mis lectores no guatemaltecos, es esta una expresión chapina para enamorar),  a las patojas, esto nos ayuda a sentir que nuestra masculindad  todavía atrae. Se altera el ritmo de sueño, se registran entonces depresiones de mayor no menor gravedad. 

Y, es en esta etapa de transición, que al  evaluar los logros de nuestra vida comenzamos a pensar que termina nuestra vida útil y si no se ha logrado alcanzar lo que se quería, viene la desilusión. Desilusión que se ve incrementada por varios factores coyunturales  entre ellos y lo que yo llamo la "MALDICIÓN DE LOS CUARENTA" pues a la mayoría y como política laboral literalmente te mandan a la mierda del chance. Primero porque ya no quieren que siga creciendo tu pasivo laboral. Te liquidan y te dan un reloj diz que de oro (cuando se trata de una piche imitación de relojes de marca), esto cuando bien te va, pues también te dan un puto lapicero (también diz que de oro de esos que se compran en las tiendas de  9.99). Generalmente, escogen para tocarte las golondrinas, el convívio de Navidad (todo con la sana intención, que tan gratificante momento ni a putas se te olvide). Luego al día siguiente amaneces recogiendo tus tiliches en la oficina que ocupabas. Metiendo en cajas de cartón toda una vida de recuerdos.  Se te ruedan las de San Peter y el montón de hipócritas a los que nunca les caíste bien llegan a abrazarte y a desearte lo mejor. Algunos cuates sinceros piden permiso para salir, so pretexto que tienen una emergencia y se van con vos a ponerte bien a moronga en la chicharronera más cercana. Llegas bien a pichinga a tu casa, tu mujer (cuando no tenes una brincona que te putea por todo) comprensiva  te abre la puerta y le pide a tus hijos que bajen las cajas y te mete a la cama. Y, en tu primer día de pele total, respiras tranquilo y te vas a buscar a otros cuates, que están en las mismas condiciones. Así pasas los primeros quince días. Y, después de seis meses cuando el billete de tu liquidación esta terminándose, decidís buscar chance y es en ese preciso instante en que la "MALDICIÓN DE LOS CUARENTA", completa su obra pues ya venís padeciendo de la Andropausia, pero ahora es cuando realmente te das cuenta de lo que es tener cuarenta. 

Lo primero que haces es comprar el periódico y buscar en los clasificados y " Oh...my god" lees un chingo de anuncios más o menos de este tipo...

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El problema es que aunque dentro de la COSMOVISIÓN MAYA, el respeto hacia los adultos mayores es básico para el desarrollo espiritual y la adquisición de conocimientos y es parte del desarrollo de las comunidades. Y, es considerada como parte toral del proceso enseñanza aprendizaje, en donde la experiencia de los adultos se toma en cuentaen el aprendizaje de los niños y los jóvenes adultos. Sin embargo, en la actualidad toda esa  experiencia y conocimiento que podemos aportar los mayores de 40 ahora han pasado a la historia. Equivocadamente, ya no nos contratan por política laboral, prefieren jóvenes que se conformen con cualquier sueldo. A diferencia de países como Costa Rica que incluso tiene una politica de puertas abiertas para los jubilados ya sean estos norteamericanos o europeos. Les dan facilidades para que abran sus cuentas bancarias en ese país, Les ofrecen empleos en el estado o en ONG's como asesores para aprovechar el cúmulo de conocimientos que estos poseen. Mientras en nuestra Guatelinda, absolutamente nadie hace uso de esta invaluable recurso. 

Y, cuantos guatemaltecos deambulan de oficina en oficina dejando sus hojas de vida por todos lados. Sin la menor esperanza de ser aceptados, algunos oirán un "Lo siento ya no tiene la edad para el puesto." otros se iran con " Ya tenemos su teléfono en cuanto el gerente se decida lo llamaremos. Llamada que por cierto nunca harán. O "le enviaremos un telegrama" que nunca llegara. Mientras los hijines, los hijos de papi y de mamí nunca pasaran por este calvario. 

Recientemente conversé con un amigo que laboraba en visita médica,  Tiene ya dos meses desempleado y aún no encuentra donde colocarse. Y, por el estilo andan varios amigos de su generación que por la edad ya no les dan trabajo. Están pesando crear un colectivo para luchar por sus reivindicaciones laborales. Porque según el no es justo que no los contraten por la edad. 

Si usted es uno de ellos haga oír su voz... comience a protestar a escribir a los periódicos,  a las radios. A este blog y a las revistas. Es importante que se conozcan sus historias, sus carencias. Que el gobierno a través de el Ministerio de Trabajo, tome cartas en el asunto y se creen politicas laborales que protejan al trabajador que pasa de los 40.