Cuando se rubricaron los Acuerdos
de Paz en 1996, que se puso fin al conflicto armado interno que por 30 años
desangró a Guatemala. Y, fueron muchas las expectativas que la sociedad
guatemalteca experimento pensando en ese nuevo ciclo de la historia que se
avecinaba para nuestro país pero principalmente la aspiración de lograr una
nación pacífica, próspera y unida, era parte de esa voluntad del pueblo
guatemalteco.. La guerrilla y el Gobierno previamente a la firma de los
Acuerdos de Paz, acordaron las condiciones necesarias, para que esto fuera
posible. Y, la parte toral de esta condición para alcanzar la paz fue la
creación de la Ley de Reconciliación Nacional. Sin embargo, quizá durante el
proceso de los preparativos de la firma de los Acuerdos, nadie se percató de un
garrafal error que el gobierno de entonces cometió. Y, fue que los gestores de
los acuerdos de ambos lados, eran nada
menos que los mismos subversivos a quienes el Ejército de Guatemala había
combatido. Pues por parte del Gobierno la comisión negociadora fue conformada
por varios ex subversivos que habían logrado infiltrarse en el Gobierno en el
gobierno so pretexto de la apertura democrática y de la falta de visión de los
funcionarios del Gobierno de entonces,
que no vieron o no quisieron ver el garrafal error que cometían.
Y, es que las nuevas generaciones
que no vivieron aquella época desconocen que el conflicto armado se había
agotado política y militarmente desde los años 90, incluso las actividades
terroristas de la subversión y las operaciones contrainsurgentes del Ejército fueron
disminuyendo. Pero a diferencia del Ejército, la guerrilla, consciente de su derrota
en el campo de batalla y la total falta
de apoyo de la población guatemalteca, decidió trasladar su terrorismo a otro
campo. Para el que ellos sin duda si
estaban preparados: el terrorismo
mediático. y más sofisticado y quizá menos ortodoxo pero, con un objetivo
bien definido de fragmentar a largo plazo al estado Guatemalteco, puesto que restaurado
el orden constitucional con la
promulgación en 1986 de la nueva Constitución, las condiciones para el abordaje
de este tipo de terrorismo estaban dadas, a partir de su participación política.
Para ello los teóricos de este nuevo tipo de terrorismo contaban con la
preparación recibida para ello tanto por los soviéticos como por los cubanos,
de cuyas fuentes se nutrieron este grupo de malos guatemaltecos. Más aún no
pecaron de ignorancia cuando eligieron la
ruta a seguir a la cual se apegaron y continúan apegándose actualmente. Se
pueden identificar por lo tanto las estrategias que están usando y que se orientan
a dos zonas de de acción: lLa utilización de la opinión pública
internacional, la PRIMERA DE LAS ESTRATEGIAS TERRORISTAS, las que con el
apoyo de países como Noruega y España, incluso Estados Unidos. Y organizaciones
de corte izquierdista que con la fachada de ONG’s Pro-Derechos Humanos
contribuyen económica y políticamente con ellos. Esta fue su máxima prioridad tanto
a corto como a mediano plazo; y en el
ámbito nacional, se aprovecharon del deficiente sistema de educación estatal guatemalteco,
para influir en las nuevas generaciones como parte de la estrategia a mediano y largo
plazo.
Y es que como parte de esta
estrategia desde 1986 la izquierda guatemalteca se sirvió la nueva
Constitución, y abre bajo la dirección de Edgar Alfredo Balsells uno de sus
nuevos frentes, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Institución
esta que valiéndose de las ciencias sociales y como objetivo a corto plazo
comienza a manosear de manera vertiginosa y conveniente -para sus fines- la “investigación” de la historia reciente
del país. Esta producción “académica” plagada de falsedades y argumentaciones y sin ningún rigor
científico encaja a cabalidad con las nuevas tácticas terroristas constituyéndose
en uno de los principales reductos de la ex guerrilla guatemalteca (basta ver
quienes integran el profesorado).Y para muestra un botón, esta institución utiliza: “El marco teórico metodológico que ha
servido como base fundante de las diversas publicaciones parte de lo legado por
el marxismo”.(tomado de su página Web)
Y como parte de esta PRIMERA
ESTRATEGIA del nuevo terrorismo con el
apoyo de los facilitadores de los procesos de la paz conformado por los
gobiernos de algunos países europeos y norteamericanos. A través de la FLACSO
se otorgan las becas al por mayor a “estudiantes desfavorecidos de escasos
recursos económicos” (previa y cuidadosamente seleccionados por sus
tendencias) para posgrados en antropología, en universidades noruegas,
españolas y estadounidenses. Lo que
redunda en que nuestro país experimente un boom en doctores en antropología
estos a su vez son los responsables de la preparación de los libros de texto sobre
las ciencias sociales para las escuelas públicas y privadas, ocupando además
cátedras en universidades nacionales y extranjeras, siendo asimismo los que realizan
“peritajes” forenses, dan asesorías etc.
Y, por supuesto, llenan las estanterías de las librerías (más extranjeras que
nacionales) con una exagerada producción “investigativa” publicada con fondos
de los gobiernos-facilitadores y por las editoriales extranjeras. Como parte de
esa misma estrategía los guerrilleros han admitido ante los medios de comunicación
guatemaltecos que conseguir el premio Nóbel para Rigoberta Menchú fue una
maniobra de la guerrilla que necesitaban los recursos. Aunque la premiada traicionó a la guerrilla en
lo relativo a las finanzas (comenzando por la comunista francesa Elizabeth
Burgos, quien es la verdadera autora del libro Me llamo Rigoberta Menchú y así
me nació la Conciencia… y a quien la premiada ni siquiera mencionó cuando
recibió en Oslo el dichoso premio, y, que dicho sea de paso, por alguna razón
Menchú pone este libro en su bibliografía sin ser su autora. De manera que los
promotores de la entrega del premio no consiguieron que la Menchú permitiera a
la guerrilla disponer del premio. Incluso otros que también se sintieron traicionados
fueron los propios paisanos de la nobel, que no lograron que ella invirtiera lo
ganado con el nobel en la mejora en sus pueblos, ni mucho menos que utilizara
los recursos que a través de su Fundación a logrado y sigue logrando. Mismo que
han servido solo para su propio beneficio. Lo que si ocurrió fue que el Nobel
le abrió las puertas mediáticas. Pues la doctora Menchú es noticia allá donde ella vaya, es conferencista en las universidades,
experta en conflictos indígenas y no sé cuántas cosas más. Constituyéndose pues
en la figura idónea para la formación de la opinión pública internacional.
La SEGUNDA ESTRATEGIA usada por
esto malos guatemaltecos es la victimización institucionalizada. Pues muy sagazmente los guerrilleros que negociaron
la paz en Guatemala - no debemos olvidar que esta negociación fue de la
guerrilla, con la guerrilla-, consiguieron introducir en los artículos de
amnistía en la Ley de Reconciliación Nacional que les favorece a ellos pues en
la ley de amnistía se decreta la extinción total de la responsabilidad penal
por los delitos políticos cometidos en el enfrentamiento armado interno, pero organizan
un extenso espacio creado con la
finalidad de vengarse de la vergonzosa derrota sufrida a manos del Ejército
Nacional y del Estado de Guatemala en general note usted amigo lector lo
parcializado de este articulo: Artículo 8.-La extinción de la responsabilidad
penal a que se refiere esta ley, no será aplicable a los delitos de genocidio,
tortura y desaparición forzada, así como aquellos delitos que sean
imprescriptibles o que no admitan la extinción de responsabilidad penal, de
conformidad con el derecho interno o los tratados internacionales ratificados
por Guatemala. Con este articulo Guatemala se adhiere a los “tratados
internacionales” prácticamente sin firmar los mismos siquiera.
Esta estrategia de la
victimización institucionalizada se implementa en varios países en el mundo y especialmente en Noruega,
Suecia, Holanda y España por lo que pasados 4 años de “perdón y amnistía”, en
el año 2000 Rigoberta Menchú, con el apoyo de sus camaradas españoles y con la
logística cubana, da inicio a la primera gran ofensiva contra el Ejército y el
Gobierno Guatemalteco en las cortes penales de España al enjuiciar a “los
responsables del genocidio” ocurrido en Guatemala. Varios años después, esta
iniciativa fue desestimada sin embargo,
el objetivo no era tanto el enjuiciamiento sino el lograr que la opinión
pública internacional apoyara e interviniera como en el caso específico de
Suecia, Cuyo embajador solicitó a su país dinero para lograr la liberación de
los “presos políticos”, todo mediante
el uso de las imágenes de los horrores del conflicto armado, presentadas por
Menchú y demás “víctimas” en la prensa europea, mexicana, estadounidense que se
enraizaron en las imaginación del público de allá y la palabra Guatemala se
asoció fuertemente con los conceptos de genocidio e injusticia, violaciones a
los derechos humanos y guerra. Creándose además organizaciones no gubernamentales en su
mayoría dedicadas a la defensa de los derechos humanos. Sostenidas con la fluyente
e inagotable ayuda económica internacional no fiscalizada por ningún órgano de
ningún estado. Dineros que en su mayoría fueron a parar a los bolsillos de los
exguerrilleros, Que financiaron sus
incipientes carreras políticas para tomar por asalto al Estado guatemalteco.
Mientras los objetivos de las
estrategias anteriores ocurrían, los exguerrilleros, disponían las condiciones adecuadas para iniciar la
ofensiva dentro de Guatemala. Para ello desde la década de los 90 hasta la actualidad han obtenido espacios políticos
en los gobiernos que se han sucedido desde esa fecha. Llegando al Congreso de
la República, cooptando los órganos de
justicia (tanto el MP como la Corte Suprema. Llegando incluso a la prensa
nacional. Los exguerrilleros se infiltraron en la Comisión de Esclarecimiento
Histórico (CEH) y otras organizaciones semejantes que “registraron” sin ninguna solidez
estadística o científica los más de doscientos mil muertos del conflicto armado,
datos que bien manipulados terminaron por horrorizar al mundo. Al proporcionar una información torcida sobre Guatemala, y que
regresó all país desde el extranjero suministrándole así una veracidad y objetividad de la cual
carece, dándole a la muerte de algunos clérigos “defensores de los derechos humanos”, que no sería remoto hubiesen
sido asesinados como parte de este complot contra el Estado guatemalteco, y que
han permitido dominar la mente del público no solamente nacional -en su mayoría
joven e idealista- sino también la extranjera. Podría entonces asegurar que el
espacio de la ofensiva final de la guerrilla está listo. Basta para ello notar
el aparecimiento de un sinnúmero de los columnistas exguerrilleros o
simpatizantes que manejan las noticias con sus editoriales la opinión tanto
nacional como local, Pues se sabe de pseudoperiodistas que desde la provincia
con sus incendiarios editoriales inclinan la balanza de la opinión pública
local, en sus respectivas comunidades. Y desde la prensa nacional en donde de manera tímida en
sus inicios y ahora con más fuerza (y más apoyo internacional), exigen castigar
a los “genocidas”, repitiendo como loros los sofismas bien elaborados sobre “el
exterminio de pueblos indígenas”, “racismo”, “discriminación”, etc.
Es necesario que la gente pensante
de Guatemala este alerta. Que estén atentos a este nuevo tipo de terrorismo
mediático que se cimenta en el primer fundamento del conocimiento humano bien
conocido desde la segunda Guerra Mundial en la que el Ministro de Propaganda de
Hitler Goebbels, expreso que una mentira mil veces repetida termina convirtiéndose
en verdad Este sofisma a echo suyo por todos los propagandistas: Ellos saben
que la primera información que recibe el destinatario es la más fuerte y
quedará en la mente por siempre. Las respuestas que ahora el Ejercito o el
Estado de Guatemala puedan dar se considerarán justificaciones por ello este es
un llamado a la sociedad guatemalteca e estar alertas ante esta nueva ofensiva
de la guerrilla.