El vetusto muelle de Champerico que data del año 1871 |
Champerico es una población que languidece sobre las negras arenas de la Costa del Pacifico, en jurisdicción del Departamento de Retalhuleu. La existencia histórica de esta población empieza a mediados del siglo XIX. Cuando Don Enrique G. Parra solicita al gobierno central el 11 de Diciembre de 1,848 que se habilitara el Puerto de Istlán. Dada la necesidad de poseer un puerto en las costas de Suchitepequez. Aunque existen referencias del nombre de Champerico que datan del año 1839 en que se estableció una compañía, cuyo nombre comercial era Champer & Co. una compañía Explotadora de maderas finas en el área, a fines del año 1,700, de donde probablemente se deriva el nombre actual.
Fotografía de principios del siglo XX |
Sin embargo no fue sino hasta el año 1871, en que el Presidente Provisorio Miguel García Granados a través de un decreto le da vida al puerto, que en uno de sus considerandos dice textualmente: "considerando: que el desarrollo del comercio y la agricultura de la República en general y la de los departamentos de los Altos en especial demandan una medida que promueve su engrandecimiento: el cual no puede lograrse sino es expeditando las vías de comunicación en el interior y facilitando los medios de la exportación de sus productos: que la importación autorizada en la costa sur, hasta hoy, sólo en el puerto de San José, no es bastante a satisfacer las necesidades del comercio por las distancias de dicho puerto a los lugares de consumo lejanos que el punto más aceptable para la habilitación de un nuevo Puerto es la comunidad de Champerico, así por su localidad y salubridad, como por ser el más céntrico para los lugares de producción. Con presencia de los decretos del 24 de Enero y 31 de Marzo de 1,849, de los acuerdos gubernativos del 14 de Octubre de 1,853 y 1º. De Abril de 1,854 el presidente Provisorio en uso de las facultades de que está previsto". Desde esa fecha nace el Puerto de Champerico. Incluso el Ilustre Cronista y Diplomático Enrique Gómez Carrillo se embarcó en ese puerto en su viaje para Europa.
Yo en lo personal conocí Champerico a finales de los 60's, siendo aún un niño acompañe a mi padre a realizar una auditoria en algunas fincas propiedad de Don Carlos Ralda, rico hacendado de la región. Era un lugar pujante, recuerdo muy bien, la para mi impresionante recta que conducía hacia la población. Y, a ambos lados de la carretera las extensas algodoneras, que eran fuente de trabajo de la zona. Luego años más tarde, a mediados de los 70's volví a la zona nuevamente, el conflicto armado que azotaba el país, había ya causado estragos. Muchos habían abandonado la producción de algodón ante el temor de perder sus cosechas como consecuencia de las acciones terroristas de la guerrilla que azotaba la zona.
Es quizá por esa época en que aquella otrora rica zona algodonera empezó su ocaso final. A lo que se sumó en la década de los 80's, el cambio climático, con la presencia de la corriente del Niño y de la Niña que diezmaron la pesca artesanal provocando con ello problemas a la economía de subsistencia de la población. Para entonces se comenzó a gestionar la construcción de un puerto ya que en el área del Puerto de San José se construía Puerto Quetzal. Para entonces importantes empresas como la PESCA S.A., CAMARSA y MARILAND. Florecían en el sector dando empleo a la mayoría de la población.
Así los pobladores de Champerico empezaron a experimentar graves problemas económicos. Para los 90's, la desastrosa condición de la única vía de acceso asfaltada, comenzó a contribuir con la ausencia de turismo y la miope visión de las autoridades locales contribuyó al abandono del muelle que poseía cuatro portalones a lo que se sumó el que las aguas del Océano Pacífico bajaron de nivel en la zona de Champerico y como consecuencia de ello, el muelle quedo a nivel muy alto con relación a las aguas, que impidieron el uso total del mismo, Pues de los cuatro portalones que el muelle tenía, terminaron usándose solamente dos uno de cada lado. Para entonces en las comunidades que comprendían la jurisdicción de Champerico había empezado ya la migración local hacía el sueño americano. A la continua degradación del ambiente, la economía y la falta de empleo se agregó la desintegración familiar. Muchas cabezas de familia, emprendieron un viaje muchas veces sin retorno, pero no por fallecimiento sino porque ya en Estados Unidos formaron nuevos hogares, olvidando a los que habían dejado atrás. De manera que no una sino varias generaciones de champericanos, crecieron sin padre o sin padres, pues fueron dejados bajo la tutela de abuelos, tíos o parientes que vivían a expensas del dinero (cuando este llegaba), que desde la tierra del Tio Sam les era enviada.
A esta caótica situación, habría que añadir que otro factor más beligerante que vino a ensombrecer aún más el ya negro panorama de esta antes pujante zona. El narcotrafico y su oferta de dinero fácil y enriquecimiento ilícito tocó las puertas de la pesca artesanal, quienes ante la escasez de cardumenes cercanos a la costa debieron internarse mar adentro cada vez a mayor distancia con sus embarcaciones. Algunos de ellos orillados por la necesidad empezaron a trasegar droga. Varios de los cuales guardan prisión pues fueron sorprendidos en flagrante delito.
A finales de los noventa y principios del 2000 y ya para el Gobierno de Oscar Berger, después de muchas gestiones de lugareños y personas notables de Retalhuleu el 21 de enero del 2006 dio inicio la construcción del nuevo puerto que vendría a substituir al que fuera el motor de su desarrollo entre 1871 y 1982. y a un costo de 228 millones de quetzales que serían cubiertos una donación de US$10 millones otorgados por el Gobierno de Holanda y fondos del Gobierno Central.
Sin embargo, anomalías administrativas detectadas por la Contraloría General de Cuentas de la Nación (CGCN) en el proyecto a cargo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), obligaron a la paralización del proyecto retrasando nuevamente su construcción. Para agosto del 2006 solo se habían ejecutado Q8 millones en la reparación del viejo muelle, movimiento de rocas y estudios de lo que sería el nuevo puerto pesquero artesanal y turístico. Para entonces el alcalde de esa época Gabriel Ticas, dijo que esperaban que el gobierno concluyera la obra “para levantar la economía con el desarrollo de la actividad pesquera y turística” del municipio, de la cual dependían sus más de 20 mil habitantes.
En agosto del 2009 dos años más tarde de lo esperado y con el contubernio de las autoridades de turno en el gobierno, y la municipalidad, la empresa Holandesa que se encargó de la construcción del nuevo puerto empezó por las noches a retirar toda su maquinaria y equipos, sin duda alguna conscientes del desastre ecológico que habían producido en la zona y lo defectuoso de su trabajo.
Pero eso no fue obstáculo para que el 17 del mismo mes, el entonces Presidente el Ing. Alvaro Colom se fotografiara muy sonriente inaugurando lo que vendría a constituir una de las estafas más notorias de su malhadado gobierno: EL PUERTO ARTESANAL Y TURÍSTICO de Champerico. Pues si la estafa la iniciaron funcionarios del gobierno de Berger, los de Alvaro Colom lo superaron con creces, pues fueron ellos y no otros, quienes llenaron sus bolsillos con los incrementos al presupuesto inicial, so pretexto de aumento en los costos de los materiales. .
Lo irónico es que siete años más tarde, la única economía que se levantó fue la de los funcionarios de gobierno y ediles que intervinieron en este proyecto. Pues el Estado de Guatemala a través del Ministerio Público entablo sendas demandas por 300 millones de quetzales a Luis Prado, presidente de la Junta Directiva de la Empresa Portuaria Nacional de Champerico (Epnac), y la Organización Internacional de Migraciones (OIM), entidad encargada de administrar los fondos para la ejecución de la obra.por la construcción defectuosa de una dársena para pescadores artesanales. Sin embargo de esas demandas hasta el momento no se tienen noticias si prosperaron o no. Incluso no se sabe si las fianzas que por ley, deben exigirse la de cumplimiento y la de mantenimiento. Qué pasó con ellas, por qué el Ministerio Público si tiene tiempo y recursos para demandar a los ex-oficiales del Ejercito pero no para demandar a la OIM, o a todos los corruptos que se enriquecieron a la sombra de este proyecto. Qué hace la Fiscal Paz y Paz, para recuperar los dineros del Estado, saqueados tan descaradamente. Y, peor aún por qué el silencio cómplice, de los medios de comunicación, que no han dado seguimiento a este hecho delictivo.